LA FERIA DE MADRID ES CIENCIA (A TORO PASADO)

 

¡Voto a  bríos! ¡Que hechizo me ha transportado de mis tierras castellanas a esta Feria repleta de críos! Ese brujo Merlín venido de lejos (de muy lejos pues de los de la mesa redonda artúrica merecedor, solo a él he visto en derredor) tiene mucho poder y reflejos. Cuando me burlé de la Ciencia por azar, me encantó transportándome con mi caballo a este bazar. Pero no, no es un bazar. Parecía que aquí se vendían cosas al pasar, pues la gente se acercaba en tropel a esos puestos tan coloridos, pero cuando acérqueme a ellos no me ofrecían peleas, viandas ni espadas sino ideas y ellos no estaban aburridos.

 


Sepan vuesas mercedes que esto que aquí veo me sorprende. ¿Cómo es que niños tan pequeños osan hablar de cosas tan difíciles y con duende?

- ¿Qué aquí veo?

- Un periscopio, señor

- ¿Sirve para algo eso tan feo?

- Ver sin ser visto es su misión. Explicar su funcionamiento para mi es un honor. Gracias a una propiedad de la luz, la reflexión, la luz rebota en dos espejos inclinados 45 grados y con esa mirilla ver lo que pasa hemos logrado.

 

¡Pardiez¡ Aquestos otros infantes me retan, que si no se inflar un globo sin soplar no me respetan.

 

Si aquí tuviera a mi Jimena, podría contarle sin pena, las múltiples actividades que me rodean: Catapultas que no golpean, robots por el techo, realizados con materiales de desecho; cómo si fuera cosa de bruja, envuelven a una persona en una burbuja; hablan de la presión, de la flotación, de periódicos su impresión, ... Ninguna cosa es aleatoria, como hecho de menos a mis amigos de Soria.

 

Me despido con dicha, pero para el año entrante volver está en mi ficha. Nunca tanta sapiencia, pude yo ver en torno a la Ciencia.

 

 

Los profesores chiflados

 


© Juan José Moreno Navarro, 2007