LA CIENCIA DEL DEPORTE
Hay
quien dice que los deportistas van de chándal en el avión porque hay un
cartel
que pone "NO SMOKING". Son bromas sobre la capacidad intelectual de
los deportistas que no hay que ponerla en duda, en particular por la
cantidad
de ayuda que la ciencia puede proporcionar a la mejora deportiva. No
estamos
hablando de los avances bioestimulantes
(esto es,
dopaje) sino más bien de estudios que justifican o descubren técnicas
en
ciertos deportes.
Atrás
quedaron los tiempos en que Spiridon Louis
ganó el
primer maratón en 1896 y, entre los premios que recibió, entraban: una
buena
comida después de la carrera (así no es dopaje), un corte de pelo y la
limpieza
de zapatos gratis de por vida. Ahora los científicos saben explicar,
por
ejemplo, la mejor manera de marcar un gol. En concreto, el saber si los
tiros
de falta con efecto de David Beckham o Ronaldinho son imparables ha sido objeto de
estudio por Ken Bray
de la universidad
inglesa de Bath. En Internet se puede ver
una
entrevista muy interesante con él del programa Redes de TVE.
La clave
está en inclinar el eje la pelota en su giro en su eje vertical lo que
anula la
gravedad que tiene al caerse, volando ingrávida una parte del
recorrido. La
fuerza aerodinámica compensa el peso del balón. Es un invento en 1950
de un
centrocampista brasileño llamado Didí, el
nombre que
le pusieron es muy poético: la folha
seca (la hoja seca). Físicamente se conoce como
el efecto Magnus (por el físico y químico
berlinés Heinrich GustavMagnus, que fue quien describió la acción de las
corrientes
fluidas sobre los sólidos en rotación). Como el portero debe cubrir una
distancia de unos 5 metros si el balón tiene la fuerza suficiente y la
orientación adecuada no le quedará tiempo para llegar al balón y el
tiro será
imparable.
Pero incluso
con toda la física del mundo solo un 10% de las faltas (por el 80% de
los penaltis)
con efecto acaban en gol en las ligas europeas ya que hay muchos
factores
complicados: la dirección y elevación adecuada, poder superar al
portero, el efecto
y velocidad correcta y mover la pelota lateralmente. Igual
que los pájaros vuelan y no saben
aerodinámica, los futbolistas necesitan sobretodo entrenar (aunque las
lecciones de física tampoco les vendrían mal).
¿Qué
diríamos ahora si alguien anuncia su participación en unos Juegos
Olímpicos
defendiendo al país en … una carrera de
sacos? Pues en
1900 existían pruebas curiosas como la mencionada, romper ollas y el
salto de
la rana. Igual de absurdo parece plantearse si los gritos de los deportistas influyen
en su rendimiento. Es el caso de los
tenistas, practicantes de halterofilia o de artes marciales que gritan
cuando
golpean a la pelota, elevan las pesas o dan un golpe.
Lo
curioso es que la repuesta es que sí, debido a una combinación de
física,
química corporal y psicología. El sonido dispara la generación de
hormonas que
estimulan el cerebro y éste hace que el corazón lata más rápido. Además
el
grito procede de los pulmones que, cuando se expanden para tomar más
aire para
gritar, presionan el corazón lo que ayuda a que la sangre llegue más
rápido a
los músculos. Esta combinación puede llegar a incrementar la fuerza de
un
levantador de pesas en un 25% o que un tenista pase de los 180 a los
240
kilómetros por hora en su golpeo de la pelota. La cadena Fox
Sport ha dedicado el programa Sport Science a éste y otros temas.
En
la historia de las Olimpiadas no siempre es el ganador el más
recordado. Es el
caso del atleta cubano Félix Carvajal, "el Andarín" que viajó hasta
San Luis 1904 por cuestación popular. No tenía dinero ni para ropa y
corrió la
maratón con su traje de cartero. Tenía tanta hambre que durante la
prueba vio
un árbol con manzanas, se desvió y paró, cogió dos o tres frutas y, sin
dejar
de correr, se las comió. Como estaban verdes tuvo algunos retortijones.
Se
repuso y, al final, consiguió el 4º puesto. Otros atletas olímpicos,
emocionados con su caso, le pagaron el pasaje de vuelta.
Sabemos
que EEUU presume de presentar siempre uno de los mejores equipos de
baloncesto.
En él han participado jugadores como Michael Jordan
o
Lebron James. Se dice que cuando hacen un
mate son
capaces de desafiar a la gravedad y pararse en el aire: ¿es esto
posible?
La
respuesta es que no y ni siquiera portentos físicos como Jordan
o Lebron pueden ir en contra de la Ley de
la
gravedad. Al saltar describimos una parábola regida por la ecuación a = 1/2gt2, donde a es la
altura del salto y g la gravedad (9,8). Un gran salto
de estos jugadores es
de
unos 1,20 metros luego si despejamos t obtenemos
Por
tanto, obtenemos el tiempo de subida t
= 0,49. Junto con el de bajada (igual al de subida) tenemos que el
jugador está
0,98 segundos en el aire. Sin embargo el
brazo sujetando la pelota está más tiempo (como medio segundo más) y al
tocar
el aro puede suspenderse 0,15 segundos más, de manera que la impresión
es que
el jugador está unos 1,65 segundos en el aire: ¡casi volando¡ Más
detalles.
El lema
olímpico: más alto, más fuerte, más
fuerte, más rápido podría ser también el lema
de un científico. Os sugerimos un verano con mucha ciencia.
Los
profesores chiflados
© Juan José Moreno Navarro, 2007